martes, 12 de agosto de 2008

El éxito

El éxito
(desconozco el autor)

El éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina.

No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste.

No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuántos autos quepan en tu garaje.

No se trata de si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales.

No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces.

No es la tecnología que empleas.

No se debe a la ropa que usas, ni a los grabados que mandas bordar en tu ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu estatus social.

No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo.

El éxito se debe a cuánta gente te sonríe, a cuánta gente amas y cuántos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas.

Se refiere a cuánta gente ayudas, a cuánta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón.
Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños.

De si tus logros no hieren a tus semejantes.

Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás.

Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste a la naturaleza y a los niños y te preocupaste de los ancianos.
Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta.

No es acerca de cuántos te siguen sino de cuántos realmente te aman.

No es acerca de transmitir felicidad, sino cuántos te creen si eres feliz o finges estarlo.

Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bienestar.

Se trata de entregar tu vida a Dios... de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más.

¡Ésto es éxito!