domingo, 31 de marzo de 2013

Reflexión

Reflexión: Evangelio Mateo capítulo 28, versículos 8 al 15

Hoy es un día para celebrar el amor redentor de Nuestro Senor.

¡Qué maravilloso y al mismo tiempo qué sorprendente es el misterio de la Resurrección! Nunca podremos profundizar suficientemente en esta realidad: Jesús asumió nuestra naturaleza humana, vivió en la pobreza y sufrió nuestras limitaciones. No le fue suficiente compartir nuestra condición, Él llegó al sacrificio de la cruz, murió y resucitó por nosotros. Esta es la verdad central de nuestra fe.

Todos experimentamos sufrimientos y dificultades a lo largo de nuestra existencia, pero a la luz de la Resurrección de Cristo, todo en la vida adquiere un nuevo valor.

La Pascua del Señor nos recuerda que estamos de paso en este mundo y que necesitamos asociarnos a la pasión de Cristo para poder gozar un día de Él por toda la eternidad. Cristo no vino a quitarnos el dolor sino a transformarlo mediante la fuerza de la esperanza que proviene de la fe. Por tanto, la Resurrección del Señor nos llena de gozo y alegría.

No estamos solos. Cristo está con nosotros, ahora y por toda la eternidad.




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